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Perdida auditiva en los jovenes

Hipoacusia: ¿Por qué cada vez más jóvenes la padecen?

Por la calle y en el transporte público es habitual encontrar jóvenes con cascos o auriculares escuchando música. En sus casas se pasan horas escuchando música o audios. Pero, ¿qué pasa cuando tienes a alguien al lado con estos dispositivos y tú oyes su música? ¡Peligro! ¡Tiene el volumen demasiado alto! 

La mayoría de los jóvenes no son conscientes de que escuchar música tan alta, puede provocarles pérdida de audición (hipoacusia), sobre todo con auriculares o cascos. Y la hipoacusia es irreversible para sus oídos. Acabarán necesitando el uso de audífonos para entender correctamente lo que dicen a su alrededor.

¿Qué incidencia tiene la hipoacusia entre los jóvenes hoy en día?

La Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC) ha advertido de que una de cada diez personas será sorda en 30 años si no se cambian factores de riesgo como la excesiva exposición a ruidos intensos, una mala alimentación y el consumo excesivo de fármacos ototóxicos.

Escuchar música por encima de los 60 decibélios recomendados es demasiado alto. Y muchos jóvenes reconocen en encuestas publicadas que suben el volumen por encima de lo recomendado.

¿Cómo se desarrolla la hipoacusia?

La hipoacusia es una pérdida parcial de la capacidad auditiva que puede afectar a uno o a ambos oídos. Si la intensidad del ruido supera los 90 decibélios o la exposición se alarga en el tiempo, estos sonidos llegan a la parte interna del oído, donde se hallan las células ciliadas, las responsables de la captación y procesamiento del sonido, y las dañan. 

Los hechos son claros: la exposición a ruidos fuertes daña las células ciliadas en el oído, esto quiere decir que si se dañan demasiadas células ciliadas, el oído pierde su capacidad de transmitir el sonido al cerebro. 

Un estudio de la Universidad de Ohio, EEUU, demuestra que incluso la pérdida auditiva leve en personas jóvenes, produce cambios cognitivos en el cerebro que aceleran el desarrollo de demencia en edades más avanzadas.   

Al principio, la lesión del oído interno y la pérdida de audición pueden ser temporales, pero si la exposición es repetitiva, la lesión del oído interno puede provocar una pérdida auditiva permanente.

¿Cuáles son las principales causas para padecer hipoacusia y acúfenos en edades tempranas?

Tal y como hemos señalado anteriormente, la principal causa para que cada vez más jóvenes sufran de lesiones del oído interno es la exposición cada vez más continua a sonidos con alto volumen (smartphones, tabletas y ordenadores con los que reproducir música a alto volumen), altavoces de conciertos, pantallas de televisión, radios de coche o sonidos industriales sin utilizar protección adecuada. 

La Comisión de Otología  de la SEORL-CCC, ha admitido que a veces es ‘‘difícil concienciar‘‘ de esos riesgos a los más jóvenes que se mueven en ambientes con altos decibelios, como por ejemplo bares, discotecas y conciertos. De ellos una tercera parte ya sufre pérdida de audición. 

¿Qué podemos hacer para afrontar la hipoacusia en edades jóvenes?

Desde la sociedad médica han insistido en la importancia de la prevención auditiva, de «protegerse frente al ruido”, por ejemplo, en lugares de trabajo con maquinaria ruidosa, en áreas recreativas o salas de conciertos o del uso prolongado y a volúmenes altos de reproductores de audio.

Una vez se ha desarrollado la pérdida auditiva, es importante actuar con la mayor rapidez para evitar que esta se agrave.

¿Cómo prevenir la pérdida auditiva?

Los jóvenes son más susceptibles a los hábitos auditivos de riesgo. La mayoría de los jóvenes no son conscientes del impacto acumulativo y permanente que el ruido puede tener en nuestra salud auditiva. Es fundamental alertar la población para la importancia de tener hábitos auditivos saludables, sobre todo los niños y adolescentes y detectar los primeros signos de la pérdida auditiva.

Evitar ruidos estridentes

El traumatismo acústico agudo se produce cuando hay una exposición a un ruido único de muy corta duración pero de muy alta intensidad, son los llamados ruidos de tipo impulsivo (una explosión, disparos, petardos…). También puede producirse por determinados ruidos industriales o los generados en discotecas o conciertos.

Por su parte, el traumatismo acústico crónico, llamado también daño auditivo inducido por el ruido, es la pérdida auditiva continua, permanente y acumulativa, de origen neurosensorial, que se desarrolla  de forma gradual a lo largo de los años, como consecuencia de la exposición a niveles perjudiciales de ruido ambiental o laboral, de tipo continuo o intermitente, de intensidad relativamente alta.

Prestar atención a los auriculares

La música a todo volumen de hoy es la incapacidad de mañana de oír las conversaciones con amigos en restaurantes o escuchar a los profesores en clase. La mayoría de los smartphones tienen un límite de sonido que nos permite ajustar el volumen automáticamente. Te aconsejamos que el volumen no supere el 60% de la potencia máxima.

Una fórmula muy práctica para tener en cuenta es la de 60-60: para prevenir la aparición precoz de la pérdida auditiva los especialistas recomiendan hacer uso de este tipo de aparatos no más de 60 minutos al día, y no superar el 60% de su volumen. Limita el tiempo de utilización de auriculares y haz pausas para que sus oídos puedan descansar. El daño ocasionado por la exposición al ruido es acumulativo.

Controlar el nivel del volumen de los dispositivos electrònicos

Por ello, la SEORL-CCC anima a los jóvenes a estar informados y protegerse del ruido para lo que pueden activar también las prestaciones del móvil que protegen y ofrecen seguridad para la salud auditiva. Y es que hoy en día los smartphones incorporan una serie  de herramientas que permiten hacer mediciones acústicas a través de un micrófono y alertan de los niveles de ruido peligrosos para la salud. 

Tratar adecuadamente las infecciones

Hay más situaciones que afectan la audición de los adolescentes, desde las infecciones de oído recurrentes o crónicas, hasta los problemas genéticos o enfermedades como la meningitis.

¿Cómo detectar la pérdida auditiva en los jóvenes?

Revisa la audición periódicamente.Hacer una revisión auditiva es fácil, indolora y es un examen fundamental para proteger la salud auditiva de la familia. Añade las revisiones auditivas a tus check ups anuales, como las consultas al dentista o oftalmólogo.

Si un familiar tuyo mira la tele con el volumen muy alto, pide muchas veces que le repitas las frases o se queja de zumbidos en los oídos, contacta inmediatamente con un experto en salud auditiva. Localiza tu centro auditivo más cercano aquí.